CUENTO DE NAVIDAD I: EL FANTASMA DE LAS NAVIDADES PASADAS

No soy de las que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor. Esto no siempre es irremediablemente cierto.

Mis navidades presentes son halagüeñas, y miro a las futuras con optimismo.

Pero echo la vista atrás y veo mis navidades pasadas con nostalgia y buenísimos recuerdos.

He crecido en una familia muy navideña…y en una ciudad más navideña aún.

Mi madre siempre ha celebrado muchísimo la navidad, en mi casa la Nochebuena era una gran fiesta…y nada más pasar el puente de la Inmaculada ya se respiraba en el aire el sabor a NAVIDAD. Con mayúsculas.

Villancicos por las calles, nacimientos por todas partes. Hasta un concurso había. Y mis padres allá que nos llevaban a los tres por las tardes  y los fines de semana a ver todos y cada uno.

El maravilloso Belén del  Colegio de San José, que cada año nos maravillaba con un nuevo descubrimiento: un año un preciosa rueda de molino en un riachuelo con su agua cayendo y todo…otro año veíamos anochecer y amanecer sobre el portalito… y no nos importaba hacer largas colas mientras comíamos castañas asadas.

La exposición de dioramas en el claustro del convento de los dominicos….

Estos son dioramas, no sé si los llamáis igual...

Mi madre ponía en la entrada de casa las bandejas con polvorones, mazapanes y demás dulces.

Montábamos un gran belén. De figuritas de plástico. Y nos dejaban montarlo, y poníamos papel de plata para el río, y serrín, y musgo…

Nunca árbol. ¿Qué coño es eso del árbol? que diría mi padre…

No nos saltábamos nada.

La cena de Nochebuena era familiar…pero familiar a lo grande: tíos, abuelos, primas….

Y otra cosa no, pero sí que sabemos montar una buena juerga: a cantar villancicos con pandereta, almirez y botella de anís y cucharita.

Mi madre y mi tía hacían comida como para un regimiento.

Y allí estábamos todos otra vez el 25. Como los buenos, al pie del cañón. A rebañar las perolas.

Luego crecimos…fuimos al instituto…en nuestro caso un colegio de curas.

Pasamos de la ruta de los belenes a la ruta de las zambombas…

¿No sabéis que es una zambomba? Ay..lo que estáis perdiendo…!!

Una zambomba es una típica jarana jerezana.

Se resume en : un grupo de amigos (peña, hermandad, vecinos, coleguitas) que se unen alrededor de una zambomba a cantar villancicos, si es posible con un buen fuego, mucha comida y más bebida.

Zambomba en el barrio de San Miguel, al laito de casa de mis padres

 Hay a patadas. Las mejores las flamenquitas y las de los grupos de amigos, claro. Lo digo de buena tinta, porque mis hermanos y yo nos hemos recorrido muuuuuuchas…

Ahora en casi todas las que se organizan hay barra y tú pagas las consumiciones y los platitos ricos de berza, o costillitas guisadas, o papas con chocos,….

Pero las originales son esas en que cada uno lleva una cosa y una se pone tibia a pestiños y anís. Y a cantar, por supuesto. Villancicos típicos jerezanos, con letras que ni tienen que ver con la navidad, jajajajaja. Aquí tenéis una muestra de típico villancico jerezano, atención a la letra....

Y seguíamos con las cenas de nochebuena en familia…..pero ahora, después de jartarnos de comer nos íbamos todos a la misa del gallo del colegio. Estábamos todos en el mismo, primas incluidas.

Y estábamos todas en el coro. Bueno, yo cantar no he cantado nunca bien. Supongo que por eso me dieron un pedazo xilófono de esos de madera….para que estuviera concentrada tocando y no cantara.

Otras veces me tocaba el bombo. Una gran responsabilidad…..

¿Y qué es lo que nos gustaba tanto de la misa del gallo? Pues que va a ser…la fiestuqui de después…con todos los amigos del insti…y los curas que se estiraban y sacaban anís (como no) y allí nos enreabamos…los padres se iban a casa y tú alargabas la noche que para eso es joven…

Y después, cuando ya esta una casada…pues había que alternar entre tu cas y la de tus suegros…a más de 300 kms. de distancia. Un año la navidad en casa y otra la nochevieja. Pero cuando tocaba nochevieja mi familia montaba la misma jarana que en nochebuena, con villancicos de “esta noche ha nacío” incluidos, jajjaja ¡Qué parto más largo!

Y luego vinieron los niños..y otro cambio más en las costumbres….porque en casa de mi suegro  el que trae los regalos es Papa Noel...la noche del 24…. Y en casa de mis padres nunca jamás ha pasado Santa Claus.

¿Un viejo gordo, con mejillas coloraotas, un saco y que da caramelitos a los niños? Ni jarto vino lo deja entrar mi padre en casa.

Allí somos de Reyes Magos.

Y claro, desde entonces pasamos siempre la nochebuena en casa de mis suegros…para que mis hijos estén con sus primos y abran los regalos que Papa Noel deja debajo del gran árbol que monta mi suegra.

Distintas tradiciones.

Pero yo me adapto a todo. E intento hacerlas un poquitín mías. Así que cuando nació A. le regalé a mi suegra un bonito adorno para el árbol. Ese sería el adorno de su nieto A. Y hay otro adorno de su nieto E. y otro de M. Un muñeco de pan de jengibre, un muñeco de nieve y un reno guasón.

Y nos llevamos las panderetas y las zambombas para cantar villancicos…

Y no me llevo la botella de anís...porque me la zumbo sola que si no…