lunes, 12 de junio de 2017

SOMOS 4

Ahora en esta casa somos 4. Los 3 hooligans y yo.  



Haced las cuentas.

Si, hay que restar. Pero no son matemáticas sencillas. Son de esas donde los problemas tienen muchos factores  a despejar.
Afortunadamente en esta casa a los hooligans les gustan las matemáticas. Son muy frikis de las mates, así que seguro que acabamos aprobando.

Aunque como Mario dice, aunque somos 4 en casa seguimos siendo una familia de 5. Y es verdad.  Porque ellos siguen teniendo un padre fantástico, y yo sigo teniendo una persona que me apoya, y con quien sigo riendo a ratos y discutiendo otros ... y que de vez en cuando me trae tuppers.

Que conste que en ocasiones yo también le preparo tuppers que él acepta con cierta indeterminación. Ojo, no porque presuma de malas intenciones, sino porque mis artes culinarias están aún en vías de desarrollo, e igual te cocino un pollo con zanahorias que chupas el plato, que te hago unos garbanzos con los que podrías jugar a las canicas.
El recibe la fiambrera y mira así de reojo a los niños en busca de alguna ligera señal que le indique si el contenido es comestible
P
ues eso, que la familia sigue igual, los dos seguimos teniendo ahí a cuñados y cuñadas (casi), sobrinos/as e incluso suegros (es verdad eso de que una suegra es para toda la vida…jeje).
Quizás dure, quizás no, pero demasiadas cosas están cambiando para que ésta sea una más.

Si yo ya antes os parecía caótica como bien me definió Mamá de Parrulín,  ah no,… ella dijo anárquica, ¿o fue ambas cosas, tarada? … ahora mi casa algunos días podría servir de laboratorio de pruebas de La Teoría del Caos.

Añadamos a la fórmula un quinceañero que alterna episodios de ermitaño con fases en que no le veo el pelo por casa, un preadolescente que lleva entrenándose para esta etapa desde que tenía 2 años, y un mini hooligan que por naturaleza es alegre y feliz pero con cierta tendencia al drama (rasgo heredado de su puñetera madre, aunque él lo ha elevado  a la categoría de arte) que de vez en cuando te hace dibujos apocalípticos que él titula “El Diborcio”, así, con b, que suena como mucho peor,  no me digáis que no.

El final de curso está siendo intenso, y no hay duda de que las vacaciones de verano van a ser…. ¿largas?

Nunca he sido persona de hacer planes, pero por primera vez se me hace bola andar por la vida sin un guión. Se me hace raro. A los 40 se me debe haber jubilado el espíritu aventurero, pero a ése lo reengancho yo sí o sí, que esto es España coño, y hasta los 68 si no eres banquero o político hay que seguir dando el callo.

En estos últimos meses he echado (y echo) de menos muchas cosas.

Echo de menos lo fácil que antes era casi todo. Echo de menos a algunas amigas que quizás simplemente me estén dando espacio, porque la verdad es que he estado pelín asocial.

He echado de menos escribir.

Y quizás lo que más he echado de menos es mi sentido del humor.
Si alguien lo encuentra que me lo devuelva, que el cabrito de ser fijo ha pasado a ser eventual… y yo quiero hacerle contrato indefinido.


Pues eso. Que aquí estamos. Comenzando de nuevo. Y a ver si aquí seguimos chominos.