miércoles, 23 de enero de 2019

y volver, volver, volver...

Ayer leí una entrada de un blog que su autor había compartido en Twitter. Hacía 4 años que no escribía. Y la verdad, una lástima, porque lo que leí me pareció realmente bueno. O a mi me gustó, que desde que yo no aparezco por aquí no es que me haya vuelto crítica literaria.
Me he vuelto muchas cosas, pero crítica literaria no,

Este blog no está a ese nivel, pero coño, me hizo recordar lo bien que sentaba venir aquí, soltar tus cosas, y seguir.  Como con menos carga.

No espero que casi 2 años después esto lo lea nadie... pero yo vine aquí a pasármelo bien. Yo empecé esto para mi. Y eso no tiene porque cambiar ni aunque hubieran pasado 1000 años.
Escribir siempre ha sido terapeútico para mi. Y además es más barato que un psicólogo. Todo son ventajas.

Lo de que no tengo tiempo es un autoengaño. Al fin y al cabo en todos estos meses sin escribir he encontrado tiempo para la autocompasión e incluso a ratos para la autodestrucción. Pa que no digáis que he estado holgazaneando...
Así que aquí estoy 2 años más vieja (aunque no más sabia), con los tres hooligans 2 años más viejos (y éstos si  no más sabios al menos más resabiaos) y sobreviviendo al trabajo,  a la rutina o a la falta de ella, a los problemas, a la familia,.. a la vida  en fin. Y a ratos disfrutándola y todo.
Me siento oxidada, pero quiero confiar en que las palabras vuelvan a fluir como nueva savia en un árbol seco, y crezcan nuevos brotes. O al menos evitar esos otros brotes, los brotes psicóticos que me dan de vez en cuando de tanto rumiar las ideas y pensamientos en mi cabeza!!

Ay coño. Espero que esta vez no sea como la última, y vuelva para quedarme.