Cuando leáis estas líneas andaré otra vez poniendo mi cuerpo serrano a que le dé el Lorenzo…
Otra vez a la playa. Hasta que empiece el colegio. O hasta que me canse, lo cual es bastante probable.
Porque no tengo muchas ganas, la verdad.
No sé si será porque mientras escribo estoy pensando de nuevo en las maletas, o porque volver a salirme de la rutina me da mucha pereza… pero si no me voy los niños se me amotinan.
M. lleva varios días en plan niño del exorcista. Le hemos quitado el chupe, y la venganza está siendo terrible.
Está con el síndrome de abstinencia y tentada he estado de devolverle el chupe y dejarselo hasta los 16 años, edad en que imagino que voluntariamente lo cambiará por otra cosa que llevarse a la boca (léase gollete de litrona, cigarrillo aliñado…y otras cosas que se me ocurren).
En la operación retirada del chupete la ayuda de sus hermanos está resultando inestimable
M. en la silleta “tete, tete, tete” Su padre y yo haciéndonos los sordos.
A: “Máma M. está pidiendo el chupete…” No me digas….
M. en el coche , berreando…”tete, tete, tete” Su padre y yo nos hacemos los locos y cantamos a lo MdB “numerar, numerar…”
E: “mamá M. está pidiendo el chupete” Otro listo….
M. en la trona : “tete, tete, tete….” Su padre y yo nos hacemos los longuis…A: “M. mi niño ¿qué quieres tú? ¿El chupete?”
¿Qué hago con ellos?
Los dos hermanos no están mucho mejor. Andan todo el día como Rasca y Pica. Necesitan ya la vuelta al cole como el comer.
Todo es una pelea.
- los dibujos: A. quiere ver determinada cadena, M. está viendo “Güini de Cu” y no le deja
- los juegos: M. quiere los de E. y éste no se los deja
- los libros: E. quiere los de A. y éste no se los deja.
- El ordenador: E. quiere el juego del fantasma de la ópera y A. que está jugando al pc fútbol no le deja
- La comida: todos quieren el dulce del que hay solamente uno. El día que hay tres no lo quiere ninguno.
En fin, lo normal.
A lo mejor la playa les hace bien. A lo mejor mi suegra está desesperada cuando llevemos allí 3 días.
Irse a la playa en septiembre tiene sus ventajas. Está todo mucho más tranquilo.
No hay que hacer cola en los restaurantes.
No tienes que encoger los pies para que el vecino no te clave la sombrilla entre los dedos
No tienes que ponerle a los niños chaleco fluorescente para que no se te despisten en el paseo marítimo entre la marea de gente…
Si tienes suerte no hace un calor exagerado.
Te quitas de los nervios de los últimos días antes del comienzo del curso.
Y sus incovenientes
Tengo que dejar preparado antes de irme todo lo del cole. Incluido el sablazo de material (200€!!!??? Y estoy hablando de material, usease cuadernillos y esas cosas…nada de libros)
Cuando vuelves de la playa no hay tiempo para que se adapten al horario de colegio. Paso de acostarlos a las tantas a acostarlos a las 21:00. “¡Mamá que es todavía de día! (raaaaas, bajo la persiana) “Hala, ya no lo es”
En fin, que ya que estamos aquí, a orillitas del mar, habrá que dejarse llevar y disfrutarlo.
Os mantengo informad@s.