Vamos a partir de dos premisas:
- Yo ADORO a mis hijos. Los quiero hasta el infinito y más allá (como Buzz Light Year), pero a veces me sacan de quicio. Tienen ciertas cosillas o especialidades que me encienden, no por importantes, más bien por reincidentes.
- Yo no soy muy atacada, presumo de paciencia (o de tener horchata en vez de sangre como dice mi santa madre) pero la reincidencia agravada en algunas ocasiones con la premeditación y alevosía hay días que me hace hervir la sangre. Según cómo te pille el cuerpo. En aquellos días que estás agotada, con pocas energías o especialmente irritable, estas pequeñas cosas son como una mecha…
Son esas cosas que intentas corregirles una y otra y otra vez sin obtener resultados.
Vamos con la lista.
Yo, PORFINYOMISMA, confieso que en algunas ocasiones me saca de quicio:
· que desborden el Cola Cao. Todas las mañanas. Sin faltar ni una. Cuando no es uno es otro. ¡¡Qué ganas de que aprendan el principio de Arquímedes!! ¡¡Que no se pueden echar galletas a mansalva en el Cola Cao y no prever que la taza rebose!!
¿Cómo es posible que les siga pasando una y otra vez??
· que te pidan más de algún alimento o bebida y tú preguntes ¿¿Seguro que quieres más?? ¿Seguro?? Y ellos que sí, que segurísimo… y a continuación dejárselo porque no pueden más.
Me mata que me hagan eso.
· terminar de limpiar los cristales y que se acerquen a abrir la ventana o la puerta de la cocina con las manos en los cristales y a ser posible llenas de algún tipo de pringue: caramelo, plastilina, mermelada, nocilla….
· Que digan “No se vale!!” Cómo que “no se vale”? Yo siempre decía “no vale” ¿ahora es verbo reflexivo? Pues por más que les corrijo siempre les oigo “no se vale” cuando discuten por alguna norma de algún juego.
Luego cada uno tiene sus especialidades.
¿qué me desborda de A?
¿qué me desborda de A?
- que resulte abducido por la tele. Le hablas y no hay respuesta. Le repites y nada. Le pegas bocinazo y empiezas hasta a preocuparte ¿estará catatónico? Lo único que funciona es ponerte delante del televisor “Mamá ¡que no veo!!” Y no os penséis que es con sus dibujos favoritos…¡¡le pasa hasta con los anuncios!!
Ya con el fútbol ni os cuento…
- Que se quite los zapatos sin desatar los cordones ¿qué trabajo le cuesta?? ¿se lo habré repetido veces?? Da igual. No hay manera.
¿qué me puede de E.?
- que mee en modo aspersor. No necesita más comentarios.
- que agujeree la ropa con el lápiz, pero que a la hora de escribir siempre lo tenga sin punta.
- Que se cambie de calzoncillos 3 veces al día. Sí, limpio que es el chiquillo que diréis ¡ja! “Mamá hoy me tengo que duchar? SSSIIIIIII,…. Pero ¿Con jabón? SSSIIIIIII
¿qué me ataca del pequeño M.?
- que las estanterías de sus cuentos parezcan continuamente saqueadas por una horda de hunos. Los coloco todos, salgo del dormitorio y cuando vuelvo a pasar por la puerta Atila ha atacado de nuevo
- el ritual de todas las noches a la hora de la cena.
“M. te pongo dibujos?
“ssssiiiii”
(Pongo Winnie the pooh).
“no…..eta no”
¿Pongo piglet?
“no….eta no….”
¿entonces cual?
“eta”
“¿Esta cuál?”
“eta”
“¿Mickey?”
“no, mickey no…eta”
“¿Pongo winnie?” (la primera que había puesto)
Ssiii, winnie.
Con ligeras variaciones en los títulos me hace lo mismo todas las noches. Confieso que los días que me coge ya con los ánimos recogidos para no pisármelos le pongo la que me sale del chominillo y le dejo protestar un rato.
Pues sí, ya veis, confieso que a veces pierdo la paciencia y soy una madre gritona. Supongo que no soy la única.
Si sale algunas más pues nos abrimos un grupo en facebook…o hacemos terapia ¿Qué es lo qué os saca de quicio de vuestras criaturas? ¿aquella pequeña cosa que por más que le repetís a vuestros primorosos hijos siguen haciendo una y otra vez…?