Ahora en esta casa somos 4. Los 3 hooligans y yo.
Haced las cuentas.
Si, hay que restar. Pero no son matemáticas sencillas. Son
de esas donde los problemas tienen muchos factores a despejar.
Afortunadamente en esta casa a los hooligans les gustan las
matemáticas. Son muy frikis de las mates, así que seguro que acabamos
aprobando.
Aunque como Mario dice, aunque somos 4 en casa seguimos
siendo una familia de 5. Y es verdad.
Porque ellos siguen teniendo un padre fantástico, y yo sigo teniendo una
persona que me apoya, y con quien sigo riendo a ratos y discutiendo otros ... y que de vez en cuando me trae tuppers.
Que conste que en ocasiones yo también le preparo tuppers
que él acepta con cierta indeterminación. Ojo, no porque presuma de malas
intenciones, sino porque mis artes culinarias están aún en vías de desarrollo,
e igual te cocino un pollo con zanahorias que chupas el plato, que te hago unos
garbanzos con los que podrías jugar a las canicas.
El recibe la fiambrera y mira así de reojo a los niños en
busca de alguna ligera señal que le indique si el contenido es comestible
P
ues eso, que la familia sigue igual, los dos seguimos
teniendo ahí a cuñados y cuñadas (casi), sobrinos/as e incluso suegros (es
verdad eso de que una suegra es para toda la vida…jeje).
Quizás dure, quizás no, pero demasiadas cosas están
cambiando para que ésta sea una más.
Si yo ya antes os parecía caótica como bien me definió Mamá de Parrulín, ah no,… ella dijo
anárquica, ¿o fue ambas cosas, tarada? … ahora mi casa algunos días podría
servir de laboratorio de pruebas de La Teoría del Caos.
Añadamos a la fórmula un quinceañero que alterna episodios
de ermitaño con fases en que no le veo el pelo por casa, un preadolescente que
lleva entrenándose para esta etapa desde que tenía 2 años, y un mini hooligan
que por naturaleza es alegre y feliz pero con cierta tendencia al drama (rasgo
heredado de su puñetera madre, aunque él lo ha elevado a la categoría de arte) que de vez en cuando
te hace dibujos apocalípticos que él titula “El Diborcio”, así, con b, que
suena como mucho peor, no me digáis que
no.
El final de curso está siendo intenso, y no hay duda de que
las vacaciones de verano van a ser…. ¿largas?
Nunca he sido persona de hacer planes, pero por primera vez
se me hace bola andar por la vida sin un guión. Se me hace raro. A los 40 se me
debe haber jubilado el espíritu aventurero, pero a ése lo reengancho yo sí o
sí, que esto es España coño, y hasta los 68 si no eres banquero o político hay
que seguir dando el callo.
En estos últimos meses he echado (y echo) de menos muchas
cosas.
Echo de menos lo fácil que antes era casi todo. Echo de
menos a algunas amigas que quizás simplemente me estén dando espacio, porque la
verdad es que he estado pelín asocial.
He echado de menos escribir.
Y quizás lo que más he echado de menos es mi sentido del
humor.
Si alguien lo encuentra que me lo devuelva, que el cabrito
de ser fijo ha pasado a ser eventual… y yo quiero hacerle contrato indefinido.