Prometí contar el fin de semana y por eso me veo en ello, pero en realidad hoy estoy de un humor pésimo y no sé si es buena idea sentarme a redactar con el ánimo por los suelos. Bueno, ¿por qué no? Lo mismo hasta me animo.
El sábado empezó bien: el papá de las criaturas se fue con mi hermano a jugar un partido de fútbol, y se llevó a los dos mayores muy equipados para la ocasión: uno con la equipación del Barça (con unas calzonas enormes que parece que el muerto era mayor) y el otro con la equipación del Madrid.
Yo aproveché y me fui con M. y con mi madre de tiendas. Le compré un Barbour (¿se escribe así?) a A. y yo me compré unos guantes para la boda, porque siguiendo las recomendaciones de mi amiga R. voy a ir en plan novia de Cayetano Rivera (salvando las distancias, claro está, la hemos jodío…).
Quedamos todos juntos más tarde para ir a la feria artesanal del queso, dónde E. aprovechando la coyuntura se puso morao a probar toda clase de quesos…le faltó solamente probar el de los carteles.
A continuación de cervecitas, como no, y a casa a comer que nos dieron las tantas en la calle.
Por la tarde mis padres insistían en llevarse a A. a misa y A. insistía en no ir. Mucha comunión el colega pero nada de santa misa. Lo convencí con dos argumentos:
- que yo también iría con él (¡que no hará una madre por sus hijos!)
- que le iba a comprar dos sobres de estampas de la liga de fútbol (no nos engañemos, sí, lo soborné, pero surtió efecto)
Para una vez al año que voy a misa cojo al cura inspirado y comenta en la homilía que se la ocurrido pasar a los feligreses un recibo voluntario (¡faltaría más!) para colaborar con la parroquia que está la cosa muy achuchá. Si lo sé no vengo… ¡¡pero si ésa ni siquiera es mi parroquia!! Mi A. tenía los ojos como platos, estaba alucinando con el sermón.
Salimos de misa. Vuelvo a casa con A. lo dejó allí para ver el partido de fútbol con padre, abuelo y tío, y me llevo a E. a ver la cabalgata de feria. Si tenía alguna gana de ir que me corten la cabeza, pero… ¡que no hará una madre por sus hijos…!
Afortunadamente la cabalgata fue una pasada (que otros años es una caca) y E. disfrutó como un indio. Había gigantes y cabezudos, creo que no los veía desde que era pequeña…E. se hizo una foto con un cabezudo espantosísimo, había animales marinos hinchables gigantes, un grupo de abanderados italianos de éstos que lanzan a tomar x culo las banderas (y las vuelven a coger afortunadamente), una manada de toros gigantes hinchables que te correteaban como en los Sanfermines y que me dió tremendo viaje en la cocorota con un cuerno (yo pillada por un astado en los sanfermines, quien me lo iba a decir a mí)…y el momento culmen,: cuando E. vió venir a su amado Bob Esponja y se lanzó a abrazarlo. Tuve que acudir al rescate del pobre hombre…
Llegué a casa casi a rastras…
El domingo los levanté al alba para irnos para Granada.¿Mamá qué día es? preguntaba E. desorientado: no le cuadraba eso de despertar tan prontito en domingo…
Lo de la Alhambra una maravilla. Sin palabras. A mi es que me tiene enamorada. Me gustan todos y cada uno de sus rincones.
Generalife desde la Alhambra |
Visitarla con 3 niños no es lo más recomendable, pero lo cierto es que se portaron bastante bien y disfrutaron de lo lindo.
A. y E. se hicieron fotos en casi todos los rincones. Y alucinaron sobre todo con los peces de los estanques, la gran cantidad de gatos (casi todos negros) que pululaban por los alrededores (claro, con tanto pez…, razonaba E.) y un ardilla que contemplamos en una higuera,… jejejeje.
uno de los pocos gatos que no era negro... |
Según E. lo mejor, el Generalife. Según A. la Alcazaba. Me hizo subir hasta lo más alto de la torre más alta de la fortaleza. Sus mulas. Que palizón, que mano de escaleras…
Subí sola con él. Los dos E. no son de alturas. Para mí lo mejor los Palacios Nazaríes...
Palacios Nazaríes |
Palacio de El Partal |
Palacios Nazaríes |
Alcazaba |
Jardines de El Generalife |
Patio de los leones (sin leones) |
Jardines de El Partal |
De allí nos bajamos a Granada a comer y mi hermano comentó que le gustaría ya que estábamos allí, ver la Catedral y la Capilla Real (no por santurrón, es que ha hecho Historia del Arte).
Dimos una vuelta por los alrededores, les escribieron sus nombres en árabe.
Si algun@ sabe árabe, aquí se desvelan los nombres de mis tres hijos:
aquí los tenéis escritos... |
(Aunque mi marido dice que ahí pone otra cosa, así que me reitero, si alguna sabe árabe y ahí pone alguna barbaridad que me avise antes de colgarselos en sus dormitorios, jajaja)
Descansamos a tomar un cafelillo en la plaza Bib-Rambla…y aquí llego el chupinazo de la jornada. Demasiado buena hasta el momento. No podía ser verdad.
Os prometo que durante toda la mañana en La Alhambra cayeron, se golpearon y tropezaron mil veces.
De hecho, una chiquilla francesa lleva en el pómulo un recuerdo made in Spain, por obra y gracia de mi hijo E.
Iban los dos corriendo y chocaron…De hecho E. también lleva un buen moratón.
Pero estaban A y E tan ricamente correteándose por la plaza, jugando a... ¿qué? no lo sé..a perseguirse, o empujarse..no sé… con tan mala suerte que E. cayó sobre el pavimento de cantos rodados y sangraba profusamente por la cabeza. La sangre no se cortaba y conseguimos verle por fin la brecha. Una buena raja. Se había abierto la cabeza como una granada madura.
Su padre tuvo que ir fuertemente presionando la herida con un pañuelo, cogimos un taxi (que se saltó todos los semáforos en rojo habidos y por haber, no sé si del susto o por miedo a que le mancharamos la tapicería….Es broma, que el hombre fue superapañao)
E. lloraba desconsolado, de susto más que de otra cosa.
Su padre logró calmarle. “E, cariño ¿tú ves a papá nervioso?” No. “pues mientras no nos veas nerviosos no debes preocuparte, tranquilo” Y E. se calmó (yo no estaba nerviosa, estaba atacada, pero miraba a E. con cara beatíifica de ¿ves cómo mamá no está nerviosa? ¡¡que no hará una madre por sus hijos!!).
Nunca lo hemos visto tan quietecico.
Resultado: 6 puntos. 3 de sutura y 3 de aproximación.
Os parecerá mentira pero es la primera vez que hay que echarle puntos.
Llegamos a casa a las tantas. “Puedes hacerme una foto para que vea la herida?” “Si claro, yo te la hago” “Qué eso negro, el hilo?” “Si” “¿puedes quitarme el esparadrapo?” “No es esparadrapo, son los puntos de aproximación” (me da que en cuanto me descuide se lo intenta quitar)
Esta noche ha dormido con nosotros. “Mamá ¿te acuerdas que le dije a A. que tanto gato negro daba mala suerte?” ¡qué cosas se le ocurren!
Ayer era mi aniversario de boda. No se me va a olvidar.
Afortunadamente ha sido un susto.
Mi hermano me dijo después que A. se había pasado un buen rato llorando cuando nos fuimos con E. en el taxi. Estaba muy asustado. Creo que le empujó. Pobrecito. No le hemos regañado, podría haber sido al revés (y hubiera sido mucho peor, porque E, se portó como un jabato mientras le cosían, no quiero imaginarme a A…).
Cuando volvimos del hospital adónde nos estaban esperando le había comprado un regalo, un cubo de Rubik… que M. a la noche desmontó cuadrito a cuadrito ¿alguien sabe como se recompone eso?
Y auí estoy, contándoos este rollo interminable en vez de estar en la feria con mis compis de trabajo, pero es que ando con una cististis que,sin entrar en detalles, os diré que debo estar a punto de que se me caiga a trozos la vejiga.. Y claro, no es plan de irse una a la feria y tirar de urinario público cada ¿media hora? en estas condiciones...
Mañana será otro día.