El niño M. es un superviviente. No sólo por el parto, sino porque sobrevive todos los días a sus dos hermanos.
Un ejemplo: “¿Cómo se ha hecho M. ese chichonazo?” Su padre: “Se ha caído, pero no se lo ha hecho al caerse, es que A. ha ido corriendo a levantarlo y le ha metido el pico de la mesa en toda la frente”
Otro ejemplo:” ¿Qué está comiendo M.?” “Chicle de interrogantes” (ese nuevo sabor misterioso,...se ve que querían conocer la opinión del hermano?)
El niño M. es muy moreno de piel, como A. Con ojos grandes, como sus hermanos, con mucho genio, como E. Con el pelo rizado como…¿¿??? El niño E. lo presenta así: “Este es mi hermano M. Tiene el pelo rizado”
El niño M. cuando quiere es comestible. Repartebesos y es muuuy cariñoso. Da “abrazos chillones” AAAAAAyyyyyyyyy mientras te estruja. Nos dice “que te como”, nos engancha del cuello para acercar nuestras cabezas a su cabecita.
Cuando quiere es un energúmeno. Grita, patalea y se tira al suelo en señal de protesta. Pega a sus hermanos cuando quiere quitarles algo, o cuando estos se lo quitan.
Le va gustando cada día más jugar solo. Pero prefiere hacerlo con sus hermanos. La mayoría de las veces el sentimiento no es recíproco, porque M. es un pequeño Godzilla que destruye construcciones y formaciones militares de los playmobil en un abrir y cerrar de ojos, mediante patada o manotazo. Ya sabe distinguir un Gormiti de un pokemon (algo que aún no ha conseguido su abuela, jajaja).
Adora a Mickey y pasa de Pocoyo. Pero prefiere videos musicales a dibujos animados.
Se pasa el día cantando, aunque su repertorio es tan reducido que a veces resulta pesado. Su tema favorito es “cumpleaños feliz” seguido de cerca por “estrellita del lugar” y “compañía… brazo extendido” Los canta en cualquier momento y lugar: casa, cole, centro comercial, calle…
Sus hermanos le enseñan versiones canallas de temazos como “la vaca lechera” o “la granja de Pepito”
Habla mucho. Las palabras sueltas se le entienden fenomenal, pero las frases largas y conversaciones son un misterio (a no ser que sea cantando…)
Le chiflan el chocolate, el teléfono, y el mando de la tele , no sabría decir en qué orden de preferencia. También le chifla su amiga Leonor “lonooo”. Cada vez que suena el teléfono corre a cogerlo…”lonoooo”…
Está superespabilado (dos maestros a jornada completa, imagino) y sabe contar hasta el 10, nombra cualquier animal que le enseñes, todas las partes del cuerpo… pero es un negao para los colores. Todo es “jojo” excepto lo rojo que es “..maillo”.
¿y qué más os puedo decir? Que para mí es un término medio entre sus dos hermanos: no come tan mal como uno comía ni tan bien como el otro, no es tan bueno ni tan terrorista, no es tan flacucho como uno ni tan fuertote como era el otro,… es él. Mi M.
Y tiene una sonrisa con unos hoyuelos….que te dan ganas de comértelo a besos.
Con él volvemos a disfrutar de los momentos especiales de un bebé en casa. Y los disfruto mucho más, porque ahora sé que se escapan como el agua entre los dedos, y no quiero perderme nada.
Te quiero M. Gracias x tus sonrisas cada mañana cuando te levantas y cada noche antes de ir a dormir. Gracias x descubrirme a un nuevo E. Gracias x descubrirme a un nuevo A.